jueves, 12 de noviembre de 2009

La hipótesis Gaia

Hace poco que ha llegado a mis manos un interesantísimo libro que me gustaría comentar aquí. Ocurrió cuando, aburrida de tanto estudiar bioquímica, me puse a revisar las estanterías de la biblioteca de la facultad de biología, y éste libro destacándose del resto llamo mi atención, se trata ni más ni menos, de una obra de James Lovelock sobre la hipótesis de Gaia. Probablemente todo estudiante de biología haya oído hablar sobre esta hipótesis, ya sea por su gran belleza metafórica o por las controversias que ha generado desde su postulado.

Está claro que la teoría de Gaia es muy compleja y polémica como para ser expuesta aquí como se merece. Sin embargo, no he podido resistirme a que mi primer post tratase de un tema tan hermoso. Intentaré explicar, obviamente de forma muy resumida, esta fascinante teoría. La hipótesis Gaia se basa en la creencia de que nuestro planeta posee un comportamiento similar al de un organismo vivo, siendo capaz de autorregular su composición química y su temperatura. Me resulta sobrecogedor el pensar que todo nuestro planeta pudiera ser un gran ser vivo, donde las corrientes marinas y los ríos de agua dulce son las arterias que sustentan la vida, y que grandes ecosistemas como las selvas tropicales son los pulmones que purifican el aire; todo funcionando en conjunto, organismos y sistemas geológicos, para mantener las condiciones ideales, para que la vida se desarrolle en todo su esplendor. Es por esto, que Gaia posee un trasfondo filosófico casi místico, que nos conduce a pensar que la tierra es un ser vivo que siente y padece, “sufriendo” nuestras desconsideradas acciones hacia ella.

No obstante, tal y como expone Lovelock: Gaia representa el conjunto de organismos que existen en este planeta y sus ambientes físico-químicos, quienes juntos forman un único proceso evolutivo común. De esta forma, el clima, la composición de las rocas, el aire y los mares, están determinados no solo por la geología, sino también por la actividad de los seres vivos; lo cual ha permitido alcanzar un estado de equilibrio donde las condiciones para la vida en la Tierra han permanecido constantes desde hace 3.600 millones de años.

Una vez llegados a este punto podemos decir, si muy bonito pero... la Tierra no está viva! Muy bien, pero analicemos esta frase detenidamente, ¿qué es la vida? Sin duda todos sabemos reconocerla pero, alguien se ve capaz de ofrecerme una definición. Si resulta que eres físico contestarás, es un estado peculiar de la materia, que reduce su entropía (ordenación de las moléculas) mediante un flujo de energía libre. Si por el contrario eres un biólogo neodarwinista probablemente definirás la vida como la propiedad de las entidades moleculares orgánicas, que les permite crecer, reproducirse y corregir los errores de reproducción a través de la selección natural. Ahora bien, para aquellos defensores de la hipótesis Gaia, un organismo vivo es un sistema abierto, un flujo de materia y energía, capaz de mantener su medio interno constante en composición, en un medio ambiente cambiante. Es posible que con una analogía quede más claro, es verdad que Gaia no esta viva como lo está un ser humano, pero que hay de un bosque por ejemplo, un bosque no puede reproducirse ni dejar descendencia, pero dirías acaso que esta muerto.

En el aire queda la cuestión, para que cada uno reflexione. Y si es verdad que la Tierra se comporta como un organismo, ¿somos nosotros entonces una enfermedad, una plaga que rompe el equilibrio que mantiene la vida en nuestro planeta?. Sea como sea, resulta estimulante pensar en que todos los procesos, ya sean geológicos, químicos, o biológicos, están conectados entre sí y forman parte de un todo.

4 comentarios:

  1. Antes de nada (¿antes de nada?) déjame que te felicite enormemente por el blog, en especial por el planteamiento divulgativo que empieza a dejarse intuir. Considero que pocas motivaciones hay más hermosas que las que mueven el deseo altruista por compartir los conocimientos que se ha tenido la suerte de adquirir, de modo que muchos ánimos ¡y que dure mucho tiempo!

    En referencia a la teoría Gaia, y sin haber profundizado nunca un mínimo aceptable, lo que había escuchado al respecto me parecía rodeado de un tufillo new age, en el que no podía evitar pensar que partiendo de la conclusión, se había motivado la hipótesis. Me explico. El planteamiento desemboca tan descaradamente en lo cancerígeno de la especie humana, que no puedo evitar pensar que todo lo anterior se ha orientado simplemente a la edificación de una estructura de sustento. En todo caso, me gustaría saber si esta teoría es más respetada en los círculos científicos o en los círculos de congas y djembes.

    La teoría Gaia es preciosa, ecologista y espiritual, y eso es agradable, pero en mi opinión (atención: la atrevida ignorancia va a hablar) exagera con respecto a la supuesta consistencia del equilibrio natural. Ampliando en el tiempo nuestra observación, veríamos cómo a pesar de existir una constante tendencia al equilibrio, acontecimientos como las glaciaciones, erupciones volcánicas, sequías, cambios de temperatura, y un largo etcétera de sucesos-consecuencias, traen consigo la alteración de los equilibrios, así como interrupciones en la continuidad de los seres vivos. Naturalmente, no me parece incorrecto decir que un río constituya el sustento y la arteria de un ecosistema, siempre que no olvidemos que el ecosistema se ha generado determinado por el caudal de ese río, por la pesadez de sus aguas, etc. Una plaga que ha surgido en torno al río, llenándolo de algas, peces y molinos.

    Pero en cualquier caso Raquel, veo esta teoría muy interesante, en la línea de aquellas otras de índole matemático que niegan la existencia de intervenciones sin consecuencia en un medio. Es decir, que el bicho que, inevitablemente y sin darme cuenta, voy a pisar luego, bien podría haberse comido a otro bicho que me deberá la vida. Algo así.

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  2. Muchas gracias por tus comentarios Rafa! Me alegra mucho de que compartas tus dudas.

    Respecto a como surgió la teoría de Gaia, resulta que es una historia de lo más interesante, James Lovelock trabajó a principios de los años 60 para la NASA, desarrollando experimentos para probar la existencia de vida en Marte (seguro recuerdas la Misión Viking). Según él, un análisis de la composición química de la atmósfera sería suficiente para determinar la presencia de vida en el planeta. Me explicaré, según su teoría, la atmósfera de un planeta sin vida tendrá una composición cercana a un estado químico de equilibrio, es decir, todas las posibles reacciones entre los gases ya han ocurrido. No obstante, un planeta que tuviera vida presentaría una atmósfera muy distinta, ya que los seres vivos utilizarían el aire como fuente de energía y como depósito de sus desechos, lo cual separaría la atmósfera de un estado de equilibrio. Lovelock apoyo su teoría en el hecho de que la Tierra posee una atmósfera en un estado de gran desequilibrio. Fue en ese momento cuando, en propias palabras de Lovelock, vislumbró a Gaia. Ya que se percató, de que aunque la atmósfera terrestre es una mezcla de gases inestable, había permanecido constante largos periodos de tiempo, y según él era posible de que la Tierra no solo hiciera la atmósfera, sino que también la regulara.

    Como ves, en principio parece ser que el origen de Gaia es bastante serio y formal, y que el planteamiento del papel de hombre en este sistema es posterior. Con respecto a la consideración de esta teoría, debo decir que parte de la comunidad científica ha rechazado rotundamente está hipótesis calificándola de “no científica”. Y como tu mismo señalas, Gaia ha adquirido un aspecto, casi religioso, fuera del ámbito científico, lo cual ha hecho que pierda aún más credibilidad.

    En lo referido a tus, muy justificadas objeciones, en el marco de la teoría de Gaia los sucesos como las glaciaciones por ejemplo, no serían un proceso que causara desequilibrio. Esto se aprecia así al pensar en la Tierra en términos humanos, de forma que se equipara una edad de hielo con una catástrofe. Según los datos de la última glaciación el dióxido de carbono se redujo de forma muy notoria, y se duplico la concentración de sulfuro de dimetilo, lo cual se relaciona con un aumento de la vida marina y un incremento de la vegetación y de su actividad (Son datos sacados del libro que inspiro este post). Aún así, tienes razón al exponer que diversos sucesos, como el impacto de meteoritos o grandes erupciones volcánicas han hecho peligrar la vida en la Tierra, no obstante, a la hora de hablar de Gaia no debemos perder de vista la visión planetaria, ya que es la Tierra al fin y al cabo la protagonista de esta teoría.

    PD: Siento haberme extendido tanto, es que cuando empiezo no puedo parar...

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  3. Se ve quien es el hermano listo, y cual el tonto :(

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